Tratamiento de la enfermedad inflamatoria pélvica
Contenido
- Cuáles son los antibióticos más utilizados
- Posibles complicaciones de la EPI
- Signos de mejora
- Signos de empeoramiento
El tratamiento para la enfermedad inflamatoria pélvica, también conocida como EPI, debe iniciarse lo antes posible para prevenir consecuencias graves para el sistema reproductivo de la mujer, como infertilidad o la posibilidad de tener un embarazo ectópico, debido al desarrollo de lesiones en las trompas de Falopio. .
Por lo general, el tratamiento se realiza con antibióticos, pero dependiendo de la gravedad de la enfermedad, puede ser necesario realizar un procedimiento quirúrgico para tratar la inflamación o drenar abscesos, por ejemplo.
La EPI es una infección que comienza en la vagina o el cuello uterino y es más común en mujeres que son sexualmente activas o que tienen el dispositivo intrauterino DIU. Descubra cuáles son las principales causas y síntomas de la enfermedad inflamatoria pélvica.
Cuáles son los antibióticos más utilizados
El tratamiento de la enfermedad pélvica inflamatoria aguda consiste en el uso de antibióticos, por vía oral o inyectable, durante unos 14 días o según prescripción médica. El principal antibiótico recomendado por el médico es la azitromicina, pero algunos otros que pueden recomendarse incluyen:
- Amoxicilina;
- Ceftriaxona;
- Doxiciclina;
- Metronidazol;
- Levofloxacina;
- Gentamicina;
- Clindamicina.
Durante el tratamiento es importante que la mujer esté en reposo, no tener contacto íntimo, quitarse el DIU si lo usa y tomar medicamentos para aliviar el dolor como paracetamol o ibuprofeno. Además, la pareja también debe ser tratada, incluso si no presenta síntomas, para evitar la recontaminación o manifestación de la enfermedad.
A las 72 horas del inicio del tratamiento antibiótico, la mujer debe ser evaluada nuevamente por el ginecólogo para comprobar que el tratamiento elegido ha dado buenos resultados. Si no hay mejoría en los síntomas, puede ser necesaria la hospitalización para someterse a un tratamiento de venas.
Si la enfermedad empeora y existe la posibilidad de rotura de abscesos en las trompas, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para limpiar y drenar los abscesos.
Posibles complicaciones de la EPI
Cuando el tratamiento para la enfermedad inflamatoria pélvica no se inicia rápidamente, la enfermedad puede desarrollarse y causar varios tipos de cicatrices en el sistema reproductivo femenino, lo que puede resultar en diversas complicaciones como:
- Embarazo ectópico: ocurre porque la presencia de cicatrices en las trompas puede impedir que el óvulo salga del útero, el cual termina siendo fecundado por el esperma, generando un embarazo en las trompas;
- Iesterilidad: dependiendo de los lugares donde se desarrollan las cicatrices de la EPI, la mujer puede tener infertilidad;
- Abscesos ováricos: la cicatrización puede resultar en la acumulación de pus, lo que provoca el desarrollo de abscesos en el sistema reproductivo. Estos abscesos pueden eventualmente abrirse y causar sangrado o una infección generalizada.
Además, las mujeres con enfermedad pélvica inflamatoria que no están sometidas a ningún tipo de tratamiento también experimentan dolor pélvico crónico, que acaba mermando la calidad de vida.
Signos de mejora
Los signos de mejoría en la enfermedad inflamatoria pélvica generalmente aparecen a los pocos días de comenzar el tratamiento y están relacionados con la disminución del dolor pélvico, la regulación de las pérdidas menstruales y el alivio de la fiebre, si corresponde.
En los casos en los que la mujer no presenta ningún síntoma, el ginecólogo puede observar signos de mejoría mediante pruebas como la ecografía o la laparoscopia.
Signos de empeoramiento
Los síntomas de agravamiento de la EPI suelen ocurrir cuando el tratamiento no se inicia a tiempo y, por tanto, aparecen cicatrices en el aparato reproductor que pueden acabar provocando sangrados fuera de la menstruación, fiebre e incluso aumento del malestar pélvico, con dolor al orinar y durante el contacto íntimo.