Heparina: que es, para que sirve, como se usa y efectos secundarios
Contenido
- Para que sirve
- ¿Cuál es la relación entre el uso de heparina y COVID-19?
- Cómo usar
- Posibles efectos secundarios
- Quién no debería usar
La heparina es un anticoagulante de uso inyectable, indicado para disminuir la capacidad de coagulación de la sangre y ayudar en el tratamiento y prevención de la formación de coágulos que pueden obstruir los vasos sanguíneos y provocar coagulación intravascular diseminada, trombosis venosa profunda o ictus, por ejemplo.
Existen dos tipos de heparina, la heparina no fraccionada que puede usarse directamente en la vena o inyectada por vía subcutánea, y administrada por una enfermera o médico, siendo de uso exclusivo en hospitales, y heparina de bajo peso molecular, como enoxaparina o dalteparina, por ejemplo, tiene una duración de acción más prolongada y menos efectos secundarios que la heparina no fraccionada y se puede usar en casa.
Estas heparinas siempre deben ser indicadas por un médico, como un cardiólogo, hematólogo o médico de cabecera, por ejemplo, y se debe realizar un seguimiento periódico para valorar la eficacia del tratamiento o la aparición de efectos secundarios.
Para que sirve
La heparina está indicada para la prevención y el tratamiento de coágulos relacionados con algunas afecciones, que incluyen:
- La trombosis venosa profunda;
- Coagulación intravascular diseminada;
- Embolia pulmonar;
- Embolia arterial;
- Ataque al corazón;
- Fibrilación auricular;
- Cateterización cardiaca;
- Hemodiálisis;
- Cirugías cardíacas u ortopédicas;
- Transfusión de sangre;
- Circulación sanguínea extracorpórea.
Además, la heparina se puede usar para prevenir la formación de coágulos en personas postradas en cama, ya que no se mueven, tienen mayor riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos y trombosis.
¿Cuál es la relación entre el uso de heparina y COVID-19?
La heparina, aunque no contribuye a eliminar el nuevo coronavirus del organismo, se ha utilizado, en casos moderados o graves, para prevenir las complicaciones tromboembólicas que pueden surgir con la enfermedad COVID-19 como coagulación intravascular diseminada, embolia pulmonar o trombosis venosa profunda. .
Según un estudio realizado en Italia [1], el coronavirus puede activar la coagulación sanguínea provocando un aumento severo de la coagulación sanguínea y, por lo tanto, la profilaxis con el uso de anticoagulantes como heparina no fraccionada o heparina de bajo peso molecular puede reducir la coagulopatía, la formación de microtrombos y el riesgo de daño orgánico. y su dosis debe basarse en el riesgo individual de coagulopatía y trombosis.
Otro estudio in vitro mostró que la heparina de bajo peso molecular tenía propiedades antivirales e inmunomoduladoras contra el coronavirus, pero no hay evidencia en vivo está disponible y se necesitan ensayos clínicos en humanos para verificar su eficacia en vivo, así como la dosis terapéutica y la seguridad del medicamento. [2].
Además, la Organización Mundial de la Salud, en la Guía de manejo clínico COVID-19 [3], indica el uso de heparina de bajo peso molecular, como enoxaparina, para la profilaxis del tromboembolismo venoso en pacientes adultos y adolescentes hospitalizados con COVID-19, de acuerdo con las normas locales e internacionales, excepto cuando el paciente tenga alguna contraindicación para su uso.
Cómo usar
La heparina debe ser administrada por un profesional sanitario, ya sea por vía subcutánea (debajo de la piel) o por vía intravenosa (en la vena) y las dosis deben ser indicadas por el médico teniendo en cuenta el peso de la persona y la gravedad de la enfermedad.
En general, las dosis utilizadas en los hospitales son:
- Inyección continua en la vena: la dosis inicial de 5000 unidades, que puede llegar a 20.000 a 40.000 unidades aplicadas durante 24 horas, según valoración médica;
- Inyección en la vena cada 4 a 6 horas: la dosis inicial es de 10.000 unidades y luego puede variar de 5.000 a 10.000 unidades;
- Inyección subcutánea: la dosis inicial es de 333 unidades por kg de peso corporal, seguida de 250 unidades por kg cada 12 horas.
Durante el uso de heparina, el médico debe controlar la coagulación de la sangre mediante análisis de sangre y ajustar la dosis de heparina según su eficacia o la aparición de efectos secundarios.
Posibles efectos secundarios
Algunos de los efectos secundarios más comunes que pueden ocurrir durante el tratamiento con heparina son sangrado o sangrado, con presencia de sangre en la orina, heces oscuras con apariencia de posos de café, hematomas, dolor en el pecho, ingle o piernas, especialmente en la pantorrilla, dificultad encías respiratorias o sangrantes.
Como el uso de la heparina se realiza en los hospitales y el médico controla la coagulación de la sangre y la eficacia de la heparina, cuando aparece algún efecto secundario, el tratamiento es inmediato.
Quién no debería usar
La heparina está contraindicada en personas con hipersensibilidad a la heparina y a los componentes de la fórmula y no debe ser utilizada por personas con trombocitopenia grave, endocarditis bacteriana, sospecha de hemorragia cerebral o algún otro tipo de hemorragia, hemofilia, retinopatía o en situaciones en las que no existan condiciones para llevar Realizar pruebas de coagulación adecuadas.
Además, tampoco debe utilizarse en diastasis hemorrágicas, cirugía de la médula espinal, en situaciones en las que el aborto es inminente, enfermedades graves de la coagulación, en insuficiencia hepática y renal grave, en presencia de tumores malignos del sistema digestivo y alguna púrpura vascular.
Las mujeres embarazadas o en período de lactancia no deben usar heparina sin consejo médico.