Melanoma metastásico: que es, síntomas y como se trata
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El melanoma metastásico corresponde a la etapa más grave del melanoma, ya que se caracteriza por la diseminación de las células tumorales a otras partes del cuerpo, principalmente hígado, pulmón y huesos, lo que dificulta el tratamiento y puede comprometer la vida de la persona.
Este tipo de melanoma también se conoce como melanoma en etapa III o melanoma en etapa IV y, con mayor frecuencia, solo ocurre cuando el diagnóstico del melanoma se retrasó o no se realizó y el inicio del tratamiento se vio afectado. Así, como no hubo control de la proliferación celular, estas células malignas son capaces de llegar a otros órganos, caracterizando la enfermedad.
Los síntomas del melanoma metastásico
Los síntomas del melanoma metastásico varían según el lugar donde se produce la metástasis y pueden ser:
- Fatiga;
- Dificultad para respirar;
- Pérdida de peso sin causa aparente;
- Mareo;
- Pérdida de apetito;
- Agrandamiento de los ganglios linfáticos;
- Dolor en los huesos.
Además, se pueden percibir los signos y síntomas característicos del melanoma, como la presencia de signos en la piel que tienen bordes irregulares, diferentes colores y que pueden aumentar con el tiempo. Aprenda a reconocer los síntomas del melanoma.
Por que pasa
El melanoma metastásico ocurre principalmente cuando el melanoma no se identifica en etapas tempranas, cuando no se hace el diagnóstico o cuando el tratamiento no se lleva a cabo como debería haberse realizado. Esto provoca que se favorezca la proliferación de células malignas, así como su diseminación a otras partes del cuerpo, como pulmones, hígado, huesos y tracto gastrointestinal, caracterizando la metástasis.
Además, algunos factores pueden favorecer el desarrollo de melanoma metastásico, como factores genéticos, piel más clara, exposición frecuente a radiación ultravioleta, presencia de melanoma primario que no ha sido extirpado y disminución de la actividad del sistema inmunológico debido a otras enfermedades.
Como es el tratamiento
El melanoma metastásico no tiene cura, pero el tratamiento tiene como objetivo disminuir la tasa de replicación celular y, así, aliviar los síntomas, retrasar la propagación y progresión de la enfermedad y aumentar la esperanza de vida y la calidad de la persona.
Así, según la etapa del melanoma, el médico puede optar por realizar una terapia diana, por ejemplo, que tiene como objetivo actuar directamente sobre el gen que se encuentra alterado, previniendo o disminuyendo la tasa de replicación de las células y previniendo la progresión de la enfermedad. Además, se pueden recomendar cirugía, quimioterapia y radioterapia en un intento por eliminar las células cancerosas que se encuentran dispersas. Comprender cómo se realiza el tratamiento del melanoma.