Mutismo selectivo: que es, características y como tratarlo
Contenido
El mutismo selectivo es un trastorno psicológico poco común que suele afectar a niños de entre 2 y 5 años, siendo más común en niñas. Los niños con este trastorno solo pueden comunicarse con personas cercanas a ellos, teniendo dificultades para hablar con otros niños, maestros o incluso familiares.
El diagnóstico de mutismo selectivo se suele realizar a partir de los 3 años de edad, ya que a partir de esa edad el niño ya tiene la capacidad de habla desarrollada y comienza a demostrar dificultad para realizar algunas actividades sociales. Por lo general, el niño puede comunicarse muy bien con sus padres, hermanos y primos cercanos, sin embargo, tiene dificultades para hablar con otras personas, así como para establecer contacto visual y puede estar bastante ansioso.
Es importante que el mutismo selectivo sea identificado y tratado con la ayuda de un psicólogo y psiquiatra, ya que de esta forma se puede identificar si existe algún otro problema asociado que pueda estar causando el trastorno, como problemas de audición o trastornos cerebrales, lo que permite para adaptar mejor el tipo de tratamiento.
Características principales del mutismo selectivo
El niño con mutismo selectivo es capaz de comunicarse bien en un entorno familiar, sin embargo tiene dificultades en un entorno con personas desconocidas, en las que siente que se está observando su comportamiento. Así, algunas características que ayudan a identificar el mutismo selectivo son:
- Dificultad para interactuar con otros niños;
- Falta de comunicación con los profesores;
- Dificultad para expresarse, incluso mediante gestos;
- Timidez excesiva;
- Aislamiento social;
- Dificultad para ir al baño en un entorno desconocido, orinarse en los pantalones o comer en la escuela.
A pesar de ser más frecuente en niños, el mutismo selectivo también se puede identificar en adultos y, en estos casos, se denomina fobia social, en la que la persona se siente bastante ansiosa en situaciones cotidianas normales, como comer en público, por ejemplo, o al pensar. acerca de establecer algún tipo de comunicación. Aprenda a identificar la fobia social.
Por que pasa
El mutismo selectivo no tiene una causa específica, sin embargo, puede desencadenarse por algunas situaciones, que pueden estar relacionadas con alguna experiencia negativa o trauma por el que ha pasado el niño, como ingresar a una nueva escuela, vivir en un entorno familiar muy protector o tener padres muy autoritarios.
Además, el desarrollo de este trastorno puede estar relacionado con factores genéticos, ya que es más común que ocurra en niños cuyos padres tienen trastornos emocionales y / o conductuales, o estar relacionado con rasgos de personalidad del niño como vergüenza, preocupación excesiva, miedo. y apego, por ejemplo.
Esta situación también puede verse influida por el inicio de la vida escolar o el cambio de ciudad o país, por ejemplo, como consecuencia de un choque cultural. Sin embargo, en estos casos es importante que se observe el desarrollo del niño, ya que muchas veces la falta de comunicación no se debe a un mutismo selectivo, sino que corresponde a un período de adaptación del niño a un nuevo entorno. Por tanto, para ser considerado mutismo, es necesario que las características de este cambio estén presentes antes del cambio o duren una media de 1 mes.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento del mutismo selectivo consiste en sesiones de psicoterapia, en las que el psicólogo delinea estrategias que estimulan la comunicación del niño, además de explorar técnicas que evalúan su comportamiento. Así, el psicólogo consigue que el niño se sienta más cómodo en el entorno para que se favorezca su comunicación.
En algunos casos, el psicólogo puede recomendar que el niño también vaya acompañado de un psiquiatra infantil o que se realicen sesiones con la familia.
Además, el psicólogo aconseja a los padres que continúen el tratamiento en casa, recomendando que los padres:
- No obligue al niño a hablar;
- Evite responder por el niño;
- Elogie cuando el niño demuestre progreso en sus habilidades de comunicación;
- Anime al niño a hacer cosas más difíciles, como comprar pan, por ejemplo;
- Hacer que el niño se sienta cómodo en el entorno, para evitar que se sienta el centro de atención.
De esta forma, es posible que el niño gane más confianza para comunicarse y no se sienta tan incómodo en ambientes extraños.
Cuando no hay respuesta al tratamiento o mejorías evidentes, el psiquiatra puede recomendar el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, ISRS, que actúan sobre el cerebro. Estos medicamentos solo deben usarse con la orientación del médico y en casos muy bien evaluados, ya que no existen muchos estudios que demuestren su efecto en el tratamiento de niños con este trastorno.