¿Qué es la parapsoriasis y cómo tratarla?
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La parapsoriasis es una enfermedad de la piel que se caracteriza por la formación de pequeñas bolitas rojizas o placas rosadas o rojizas en la piel que se desprenden, pero que generalmente no pican, y que afectan principalmente al tronco, muslos y brazos.
La parapsoriasis no tiene cura, pero se puede controlar con el tratamiento propuesto por el dermatólogo.
Hay dos tipos de esta enfermedad, la parapsoriasis en placas pequeñas, que es la versión más común, y la parapsoriasis en placas grandes. Cuando se trata de parapsoriasis en placas grandes, existe una mayor probabilidad de que la enfermedad progrese a micosis fungoide, un tipo de cáncer de piel, si no se trata.
Cómo saber si es parapsoriasis
La parapsoriasis puede manifestarse de dos formas:
- Parapsoriasis en pequeñas placas: lesiones de menos de 5 centímetros de diámetro, que tienen límites muy precisos y pueden ser un poco elevadas;
- Parapsoriasis en placas grandes: lesiones mayores de 5 cm y que pueden ser de color pardusco, planas y con ligera descamación.
Estos síntomas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, siendo más frecuentes en hombres mayores de 50 años.
El médico puede confirmar que se trata de parapsoriasis observando las lesiones en la piel, pero también puede solicitar una biopsia para asegurarse de que no se trata de ninguna otra enfermedad, ya que esta se puede confundir con psoriasis común, lepra, dermatitis de contacto o ptyriasis rosada. , por ejemplo.
Tratamiento de la parapsoriasis
El tratamiento de la parapsoriasis dura toda la vida y está indicado por el dermatólogo, que se puede realizar con el uso de ungüentos o inyecciones de corticoides y con sesiones de fototerapia con rayos ultravioleta tipo A y B.
Se desconoce la causa de la parapsoriasis, pero se cree que está relacionada con un cambio en las células sanguíneas que puede estar asociado con el linfoma, por ejemplo. Por lo tanto, es importante acudir a las citas médicas con regularidad. En el primer año se recomiendan consultas cada 3 meses y una vez que mejoran los síntomas, el médico puede programar citas cada 6 meses.