Que es la sarcoidosis, síntomas y como es el tratamiento
Contenido
- Los síntomas de la sarcoidosis
- 1. Sarcoidosis pulmonar
- 2. Sarcoidosis de la piel
- 3. Sarcoidosis ocular
- 4. Sarcoidosis cardíaca
- Cómo se hace el diagnóstico
- Cómo tratar
La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria, de causa desconocida, caracterizada por inflamación en diversas partes del cuerpo, como pulmón, hígado, piel y ojos, además de la formación de agua, lo que resulta en cansancio excesivo, fiebre o pérdida de peso, por ejemplo.
Aunque la causa de la sarcoidosis aún no está bien establecida, se cree que puede ser causada por la respuesta del organismo a uno o más agentes invasores, o incluso debido a la reacción del organismo contra sí mismo, por lo que se considera una enfermedad autoinmune.
La sarcoidosis no tiene cura, sin embargo, es de gran importancia realizar el tratamiento para evitar posibles complicaciones, como insuficiencia respiratoria y renal, ceguera y paraplejía, por ejemplo.
Los síntomas de la sarcoidosis
Según el lugar donde se encuentre la mayor evidencia de inflamación, la sarcoidosis se puede clasificar según los síntomas principalmente en:
1. Sarcoidosis pulmonar
El deterioro pulmonar ocurre en más del 90% de las personas diagnosticadas con sarcoidosis, y el proceso inflamatorio se puede percibir a través de una radiografía de tórax. Los principales síntomas relacionados con la sarcoidosis pulmonar son tos seca y persistente, debido a obstrucciones en las vías respiratorias, dificultad para respirar y dolor en el pecho.
Además, dependiendo del estadio de la inflamación, la persona puede presentar fibrosis del tejido pulmonar, requiriendo trasplante, además de hipertensión arterial pulmonar.
2. Sarcoidosis de la piel
En el que se da la aparición de lesiones inflamatorias en la piel, estando presente en más del 30% de las personas diagnosticadas de sarcoidosis. Los principales síntomas de este tipo de sarcoidosis son la formación de queloides, la aparición de manchas rojas en la piel y cambios de color, además del crecimiento de gránulos debajo de la piel, especialmente en zonas próximas a cicatrices.
Además, las lesiones pueden aparecer a nivel de las cejas y afectar también al surco nasogeniano, que popularmente se conoce como bigote chino.
3. Sarcoidosis ocular
En el caso de afectación ocular, los síntomas más característicos son visión borrosa, dolor ocular, enrojecimiento, sequedad ocular e hipersensibilidad a la luz. La frecuencia de las manifestaciones clínicas de la sarcoidosis relacionada con los ojos varía según la población, siendo más frecuente en los japoneses.
Es importante que se traten los síntomas oculares, ya que de lo contrario pueden provocar ceguera.
4. Sarcoidosis cardíaca
La afectación cardíaca en la sarcoidosis es más frecuente en la población japonesa y sus principales síntomas son insuficiencia cardíaca y cambios en la frecuencia cardíaca.
Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico inicial de sarcoidosis lo realiza el médico observando los síntomas y realizando pruebas para indicar si hubo afectación de órganos. Así, el médico puede indicar, principalmente, la realización de una radiografía de tórax, ya que el pulmón es el órgano más afectado en esta enfermedad.
El diagnóstico de esta enfermedad, sin embargo, es difícil, ya que la causa aún no está bien establecida. Por ello, habitualmente se solicitan pruebas complementarias de laboratorio, así como biopsia de la lesión granulomatosa o del órgano afectado y otras pruebas de imagen, como tomografía computarizada y resonancia magnética.
Cómo tratar
La sarcoidosis no tiene cura, sin embargo, el tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas y prevenir la progresión de la enfermedad. Por lo tanto, el médico puede recomendar el uso de corticosteroides, como Betametasona o Dexametasona, o medicamentos inmunosupresores, como Azatioprina, por ejemplo.
En el caso de deterioro de un órgano, es importante que el médico evalúe el alcance del deterioro, así como si aún existe alguna función, y puede ser necesario realizar un trasplante de órganos según el caso.
También se recomienda que la persona diagnosticada de sarcoidosis sea monitoreada periódicamente por el médico, incluso si no presenta síntomas, de manera que se pueda controlar la evolución de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.