Síndrome de piernas inquietas: que es, síntomas y como tratar
Contenido
- Síntomas principales
- Cómo confirmar el diagnóstico
- Posibles causas del síndrome.
- Como se hace el tratamiento
El síndrome de piernas inquietas es un trastorno del sueño caracterizado por movimientos involuntarios y una sensación de malestar en los pies y piernas, que puede ocurrir poco después de acostarse o durante la noche, interfiriendo con la capacidad de dormir bien.
Generalmente, el síndrome de piernas inquietas aparece después de los 40 años y es más común en mujeres, aunque puede ocurrir en personas de todas las edades. Además, los episodios del síndrome también parecen ocurrir con mayor frecuencia en personas que se acuestan muy cansadas.
El síndrome de las piernas inquietas no tiene cura, pero su malestar se puede reducir mediante técnicas de relajación o tomando medicamentos recetados por el médico.
Síntomas principales
Las personas que padecen el síndrome de piernas inquietas suelen presentar signos y síntomas como:
- Deseo incontrolable de mover las piernas en la cama;
- Tiene molestias en las piernas o los pies, que pueden describirse como hormigueo, picazón o ardor, por ejemplo;
- Tener dificultad para conciliar el sueño debido a la incomodidad;
- Había sentido cansancio y sueño frecuentes durante el día.
Los síntomas parecen ser más intensos cuando la persona está acostada o sentada y tienden a mejorar cuando la persona se levanta y camina un poco.
Además, como el síndrome también puede provocar molestias al sentarse, es muy común que las personas con este síndrome muevan las piernas mientras están sentadas durante el día.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de piernas inquietas generalmente lo realiza un médico generalista o un médico especialista en trastornos del sueño. Aunque no existe una prueba capaz de confirmar el diagnóstico, el médico suele sospechar del síndrome al evaluar los síntomas.
Posibles causas del síndrome.
Las causas específicas de la aparición del síndrome de piernas inquietas aún no se conocen, sin embargo, parece estar relacionado con trastornos en áreas del cerebro que se encargan de controlar los movimientos musculares y neurotransmisor dependiente de la dopamina.
Además, este síndrome también parece ir acompañado frecuentemente de otros cambios como deficiencia de hierro, enfermedad renal avanzada, uso excesivo de alcohol o drogas, neuropatía o uso de algún tipo de medicación, como antináuseas, antidepresivos o antialérgicos.
El síndrome de piernas inquietas es aún más común en el embarazo, especialmente en el último trimestre, y desaparece después de que nace el bebé.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento del síndrome de piernas inquietas suele iniciarse con cuidado en la alimentación para intentar evitar el consumo de alimentos y bebidas que pueden ser estimulantes y agravar los síntomas, como el café o el alcohol, por ejemplo.
Además, el médico a menudo también puede intentar identificar si hay otros cambios de salud que puedan contribuir al empeoramiento de los síntomas, como anemia, diabetes o cambios en la tiroides, por ejemplo, iniciar el tratamiento para esta afección, si se identifica.
En los casos más severos, cuando los síntomas son muy intensos e impiden que la persona duerma, se pueden utilizar algunos remedios como:
- Agonistas de la dopamina: suelen ser la primera opción de tratamiento con fármacos y actúan como neurotransmisor dopamina en el cerebro, reduciendo la intensidad de los síntomas;
- Benzodiazepinas: son sedantes que ayudan a conciliar el sueño con mayor facilidad, incluso si persisten algunos síntomas;
- Agonistas alfa 2: estimulan los receptores alfa 2 en el cerebro, que desactivan la parte del sistema nervioso responsable del control muscular involuntario, aliviando los síntomas del síndrome.
Además, también se pueden usar opiáceos, que son medicamentos muy fuertes que generalmente se usan para el dolor intenso, pero que también pueden reducir los síntomas del síndrome de piernas inquietas. Sin embargo, debido a que son extremadamente adictivos y pueden causar varios efectos secundarios, solo deben usarse bajo la supervisión del médico.