Trastorno de tic: que es y que hacer
Contenido
- Por que pasa
- Síntomas principales
- sindrome de Tourette
- Cómo se realiza el tratamiento de los tics nerviosos
Los tics nerviosos corresponden a acciones motoras o vocales realizadas repetida e involuntariamente, como parpadear varias veces, mover la cabeza o olfatear la nariz, por ejemplo. Los tics suelen aparecer en la infancia y suelen desaparecer sin ningún tratamiento durante la adolescencia o la edad adulta temprana.
Los tics no son graves y, en la mayoría de los casos, no obstaculizan las actividades diarias. Sin embargo, cuando los tics son más complejos y ocurren con mayor frecuencia, es importante consultar a un neurólogo o psiquiatra para hacer el diagnóstico, ya que puede tratarse del síndrome de Tourette. Aprenda a identificar y tratar el síndrome de Tourette.
Por que pasa
Las causas de los tics nerviosos aún no están bien establecidas, pero generalmente ocurren como consecuencia del cansancio excesivo y frecuente, el estrés y el trastorno de ansiedad. Sin embargo, las personas que están bajo estrés constante o se sienten ansiosas la mayor parte del tiempo no necesariamente experimentarán tics.
Algunas personas creen que la aparición de tics está relacionada con la falla en uno de los circuitos cerebrales debido a alteraciones genéticas, lo que provoca una mayor producción de dopamina, estimulando las contracciones musculares involuntarias.
Síntomas principales
Los tics nerviosos corresponden a contracciones musculares involuntarias, más comunes en la cara y el cuello, que pueden resultar en:
- Ojos parpadeando repetidamente;
- Mueva la cabeza, como inclinarla hacia adelante y hacia atrás o hacia los lados;
- Muerde sus labios o mueva su boca;
- Mueve tu nariz;
- Encogerte de hombros;
- Caras.
Además de los tics motores, también pueden existir tics relacionados con la emisión de sonidos, que pueden considerarse tic al toser, chasquear la lengua y olfatear la nariz, por ejemplo.
Los tics suelen ser leves y no limitantes, pero aún hay mucho prejuicio y comentarios desagradables relacionados con las personas con tics nerviosos, que pueden resultar en aislamiento, disminución del círculo afectivo, renuencia a salir de casa o realizar actividades que antes eran agradables y incluso depresión.
sindrome de Tourette
Los tics nerviosos no siempre representan el síndrome de Tourette. Habitualmente este síndrome se caracteriza por tics más frecuentes y complejos que pueden comprometer la calidad de vida de la persona, pues además de los tics habituales, como el parpadeo de los ojos, por ejemplo, también hay puñetazos, patadas, acúfenos, respiración ruidosa y golpes en el pecho. , por ejemplo, con todos los movimientos realizados de forma involuntaria.
Muchas personas con el síndrome desarrollan comportamientos impulsivos, agresivos y autodestructivos, y los niños suelen tener dificultades de aprendizaje.
Un niño con síndrome de Tourette puede mover repetidamente la cabeza de lado a lado, parpadear, abrir la boca y extender el cuello. La persona puede decir obscenidades sin razón aparente, a menudo en medio de una conversación. También pueden repetir palabras inmediatamente después de escucharlas, lo que se llama ecolalia.
Los tics característicos de este síndrome aparecen entre los 7 y los 11 años de edad, es importante que el diagnóstico suceda lo antes posible para que se pueda iniciar el tratamiento y el niño no sienta tantas consecuencias de este síndrome en su día a día. vida.
El diagnóstico temprano puede ayudar a los padres a comprender que los comportamientos no son voluntarios ni maliciosos y que no se controlan con castigos.
Cómo se realiza el tratamiento de los tics nerviosos
Los tics nerviosos suelen desaparecer durante la adolescencia o la edad adulta temprana, sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, se recomienda que la persona se someta a psicoterapia con el fin de identificar el factor que estimula la aparición de tics y, así, facilitar su desaparición.
En algunos casos, el psiquiatra puede recomendar el uso de algunos medicamentos, como neuromoduladores, benzodiazepinas o la aplicación de toxina botulínica, por ejemplo, dependiendo de la gravedad de los tics.