Herpes zóster: que es, síntomas, causas y tratamiento
Contenido
- Síntomas principales
- Cómo conseguirlo
- ¿Puede volver el herpes zóster?
- ¿Quién está más en riesgo?
- Como se hace el tratamiento
- Opción de tratamiento en el hogar para el herpes zóster
- Posibles complicaciones
El herpes zoster, conocido popularmente como culebrilla o culebrilla, es una enfermedad infecciosa provocada por el mismo virus de la varicela, que puede reaparecer durante la edad adulta provocando ampollas rojas en la piel, que aparecen principalmente en el pecho o el vientre, aunque también pueden surgir afectando los ojos o orejas.
Esta enfermedad afecta solo a personas que ya han tenido varicela, siendo más común aparecer después de los 60 años, y su tratamiento se realiza con medicamentos antivirales, como Aciclovir, y analgésicos, recetados por el médico, para aliviar el dolor y curar. heridas en la piel más rápido.
Síntomas principales
Los síntomas característicos del herpes zóster suelen ser:
- Ampollas y enrojecimiento que afectan solo un lado del cuerpo, ya que siguen la ubicación de cualquier nervio del cuerpo, recorriendo su longitud y formando un camino de ampollas y heridas en el pecho, espalda o abdomen;
- Picazón en el área afectada;
- Dolor, hormigueo o ardor en la región afectada;
- Fiebre baja, entre 37 y 38ºC.
El diagnóstico de herpes zóster generalmente se basa en la evaluación clínica de los signos y síntomas del paciente y la observación de las lesiones cutáneas por parte del médico. Otras enfermedades que presentan síntomas similares a los del herpes zoster son el impétigo, la dermatitis de contacto, la dermatitis herpetiforme y también el propio herpes simple, por lo que el diagnóstico siempre debe ser realizado por el médico.
Cómo conseguirlo
El herpes zóster es una enfermedad contagiosa para personas que nunca han tenido varicela o que no han sido vacunadas, ya que son enfermedades provocadas por el mismo virus. Por lo tanto, los niños u otras personas que nunca hayan tenido varicela deben mantenerse alejados de las personas con herpes zóster y no tener contacto con su ropa, ropa de cama y toallas, por ejemplo.
Las personas que han tenido varicela cuando están en contacto con una persona con herpes zóster están protegidas y, por lo general, no desarrollan la enfermedad. Comprenda más sobre el contagio del herpes zóster.
¿Puede volver el herpes zóster?
El herpes zoster puede reaparecer en cualquier momento, en personas que hayan tenido varicela o el propio herpes zoster en algún momento de su vida, porque el virus permanece 'latente', es decir, inactivo en el organismo durante muchos años. Por lo tanto, cuando hay una disminución de la inmunidad, el virus puede replicarse nuevamente causando herpes zoster. Fortalecer el sistema inmunológico puede ser una buena estrategia de prevención.
¿Quién está más en riesgo?
El herpes zóster solo aparece en personas que han tenido varicela al menos una vez en la vida. Esto se debe a que el virus de la varicela puede permanecer alojado en los nervios del cuerpo de por vida y, en algún período de disminución de la inmunidad, puede reactivarse en la forma más localizada del nervio.
Las personas con mayor riesgo de desarrollar herpes zóster son aquellas con:
- Más de 60 años;
- Enfermedades que debilitan el sistema inmunológico, como el SIDA o el lupus;
- Tratamiento de quimioterapia;
- Uso prolongado de corticosteroides.
Sin embargo, el herpes zóster también puede ocurrir en adultos que están sobrecargados o que se están recuperando de una enfermedad, como neumonía o dengue, ya que el sistema inmunológico es más débil.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento del herpes zóster se realiza tomando remedios antivirales como Aciclovir, Fanciclovir o Valaciclovir para disminuir la multiplicación del virus, disminuyendo así las ampollas, la duración e intensidad de la enfermedad. También pueden ser necesarios analgésicos para aliviar el dolor causado por las ampollas. El médico puede recetar:
- Aciclovir 800 mg: 5 veces al día durante 7 a 10 días
- Fanciclovir 500 mg: 3 veces al día durante 7 días
- Valaciclovir 1000 mg: 3 veces al día durante 7 días
Sin embargo, la elección del medicamento y su forma de uso puede ser diferente, por lo que esta prescripción es un criterio médico.
Opción de tratamiento en el hogar para el herpes zóster
Un buen tratamiento casero para complementar el tratamiento indicado por el médico es fortalecer el sistema inmunológico tomando té de equinácea y consumiendo diariamente alimentos ricos en lisina, como el pescado. Vea más consejos del nutricionista:
Durante el tratamiento, también se debe tener cuidado, como:
- Lavar la zona afectada diariamente con agua tibia y un jabón suave sin frotar, secando bien para evitar el desarrollo de bacterias en la piel;
- Use ropa de algodón cómoda y ligera para permitir que la piel respire;
- Coloque una compresa fría de manzanilla en el área afectada para aliviar la picazón;
- No aplique pomadas ni cremas sobre las ampollas, evitando que se irrite la piel.
Es importante recordar que para ser más efectivo, el tratamiento debe comenzar dentro de las 72 horas posteriores a la aparición de ampollas en la piel.
Vea algunas opciones de remedios caseros para el herpes zoster.
Posibles complicaciones
La complicación más común del herpes zóster es la neuralgia postherpética, que es la continuación del dolor durante varias semanas o meses después de que desaparecen las ampollas. Esta complicación es más frecuente en personas mayores de 60 años, y se caracteriza por un dolor más intenso que en el período en el que las heridas están activas, dejando a la persona incapaz de continuar con sus actividades habituales.
Otra complicación menos común ocurre cuando el virus llega al ojo, provocando inflamación en la córnea y problemas de visión, necesitando ser acompañado por un oftalmólogo.
Otros problemas más raros que puede causar el herpes zóster, dependiendo del sitio afectado, son neumonía, problemas de audición, ceguera o inflamación en el cerebro, por ejemplo. Solo en casos raros, generalmente en personas muy mayores, mayores de 80 años, y con un sistema inmunológico muy debilitado, en caso de SIDA, leucemia o tratamiento del cáncer, esta enfermedad puede conducir a la muerte.