Inyección subcutánea: cómo aplicar y lugares de aplicación.
Contenido
- Cómo administrar la inyección correctamente
- Cómo elegir el lugar de la inyección
- 1. Abdomen
- 2. Brazo
- 3. Muslos
- Posibles complicaciones
La inyección subcutánea es una técnica en la que se administra un medicamento, con una aguja, en la capa adiposa que se encuentra debajo de la piel, es decir, en la grasa corporal, principalmente en la región abdominal.
Este es el tipo de técnica ideal para administrar algunos medicamentos inyectables en el hogar, ya que es fácil de aplicar, permite una liberación gradual del medicamento y también tiene menos riesgos para la salud en comparación con la inyección intramuscular.
La inyección subcutánea se utiliza casi siempre para administrar insulina o bien para aplicar enoxaparina en casa, siendo una práctica recurrente después de la cirugía o durante el tratamiento de problemas que han surgido por un coágulo, como un ictus o trombosis venosa profunda, por ejemplo.
Cómo administrar la inyección correctamente
La técnica para administrar una inyección subcutánea es reactivamente simple y debe respetar el paso a paso:
- Reúna el material necesario: jeringa con el medicamento, algodón / compresa y alcohol;
- Lavar las manos antes de administrar la inyección;
- Planchar el algodón con alcohol sobre la piel., para desinfectar el lugar de la inyección;
- Pliegue la piel, sosteniendo con el pulgar y el índice de la mano no dominante;
- Inserte la aguja en el pliegue de la piel. (idealmente en un ángulo de 90º) en un movimiento rápido, con la mano dominante, manteniendo el pliegue;
- Presione el émbolo de la jeringa lentamente, hasta que se administre todo el medicamento;
- Retirar la aguja con un movimiento rápido, deshacer el pliegue y aplique una ligera presión sobre la mancha con un algodón humedecido en alcohol durante unos minutos;
- Coloque la jeringa y la aguja usadas en un recipiente seguro., hecho de material duro y no al alcance de los niños. Nunca vuelva a intentar tapar la jeringa.
Esta técnica se puede realizar en partes del cuerpo que tengan algo de acumulación de grasa, pero es importante que entre cada inyección se haga un cambio de sitio, aunque sea en la misma parte del cuerpo, dejando al menos 1 cm de distancia. del sitio anterior.
En el caso de una persona con poca grasa corporal o con un pequeño pliegue, solo se deben insertar 2/3 de la aguja para evitar llegar al músculo. A la hora de plisar la piel, también es importante evitar ejercer demasiada presión sobre la piel, para no quedar músculo con el tejido adiposo.
Cómo elegir el lugar de la inyección
Los mejores lugares para administrar una inyección subcutánea son aquellos donde hay una mayor acumulación de grasa. Por lo tanto, los que se utilizan con más frecuencia incluyen:
1. Abdomen
El área alrededor del ombligo es una de las mayores reservas de grasa corporal y, por lo tanto, casi siempre se utiliza como primera opción para administrar inyecciones subcutáneas. Además, en esta ubicación es casi imposible agarrar el músculo abdominal junto con el pliegue, por lo que es un lugar muy seguro para administrar la inyección.
El principal cuidado que se debe tener en este lugar es realizar la inyección a más de 1 cm del ombligo.
2. Brazo
El brazo puede ser otra de las regiones utilizadas para este tipo de inyección, ya que también contiene algunos sitios de acumulación de grasa, como la espalda y el costado de la región que se encuentra entre el codo y el hombro.
En esta región puede ser más difícil doblar sin sujetar el músculo, por lo que se debe tener cuidado de separar los dos tejidos antes de administrar la inyección.
3. Muslos
Por último, la inyección también se puede administrar en los muslos, ya que es otro de los lugares con más acumulación de grasa, especialmente en mujeres. Aunque no es el sitio más utilizado, el muslo puede ser una buena opción cuando el abdomen y los brazos se han utilizado varias veces seguidas.
Posibles complicaciones
La inyección subcutánea es bastante segura, sin embargo, como con cualquier técnica de inyección de medicamentos, pueden surgir algunas complicaciones, que incluyen:
- Dolor en el lugar de la inyección;
- Enrojecimiento de la piel
- Pequeña hinchazón en el lugar;
- Salida de secreciones.
Estas complicaciones pueden ocurrir en cualquier caso, pero son más frecuentes cuando es necesario realizar inyecciones subcutáneas durante períodos muy prolongados.
Si alguno de estos síntomas aparece y no mejora después de unas horas, es importante acudir al hospital y consultar a un médico.