Sistema digestivo: funciones, órganos y proceso digestivo
Contenido
- Órganos del sistema digestivo
- Cómo ocurre la digestión
- 1. Digestión en la cavidad orofaríngea
- 2. Digestión en el estómago
- 3. Digestión en el intestino delgado
- ¿Qué puede interferir con la digestión?
El sistema digestivo, también llamado digestivo o gastro-intestinal (SGI) es uno de los principales sistemas del cuerpo humano y se encarga del procesamiento de los alimentos y la absorción de nutrientes, permitiendo el correcto funcionamiento del organismo. Este sistema consta de varios órganos, que actúan juntos para realizar las siguientes funciones principales:
- Promover la digestión de proteínas, carbohidratos y lípidos de los alimentos y bebidas consumidos;
- Absorbe líquidos y micronutrientes;
- Proporcionar una barrera física e inmunológica a los microorganismos, cuerpos extraños y antígenos consumidos con los alimentos.
Así, el SGI se encarga de regular el metabolismo y el sistema inmunológico, con el fin de mantener el correcto funcionamiento del organismo.
Órganos del sistema digestivo
El sistema digestivo está formado por órganos que permiten la conducción de los alimentos o bebidas ingeridos y, en el camino, la absorción de nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Este sistema se extiende desde la boca hasta el ano, con sus órganos constituyentes:
- Boca: encargada de recibir el alimento y reducir el tamaño de las partículas para que se pueda digerir y absorber más fácilmente, además de mezclarlo con saliva;
- Esófago: responsable de transportar alimentos y líquidos desde la cavidad bucal hasta el estómago;
- Estómago: juega un papel fundamental en el almacenamiento temporal y la digestión de los alimentos ingeridos;
- Intestino delgado: responsable de la mayor parte de la digestión y absorción de los alimentos y recibe las secreciones del páncreas y el hígado, que ayudan en este proceso;
- Intestino grueso: es donde se produce la absorción de agua y electrolitos. Este órgano también es responsable de almacenar temporalmente los productos finales de la digestión que sirven como medio para la síntesis bacteriana de algunas vitaminas;
- Recto y ano: son responsables del control de la defecación.
Además de los órganos, el sistema digestivo consta de varias enzimas que aseguran la correcta digestión de los alimentos, siendo las principales:
- Amilasa salival o ptialina, que está presente en la boca y es responsable de la digestión inicial del almidón;
- Pepsina, que es la principal enzima del estómago y es responsable de la descomposición de las proteínas;
- Lipasa, que también está presente en el estómago y favorece la digestión inicial de los lípidos. Esta enzima también es secretada por el páncreas y realiza la misma función;
- Tripsina, que se encuentra en el intestino delgado y conduce a la descomposición de ácidos grasos y glicerol.
Muchos de los nutrientes no se pueden absorber en su forma natural debido a su tamaño o al hecho de que no son solubles. Así, el sistema digestivo se encarga de transformar estas partículas grandes en partículas solubles más pequeñas capaces de ser absorbidas rápidamente, lo que se debe principalmente a la producción de varias enzimas digestivas.
Cómo ocurre la digestión
El proceso digestivo comienza con la ingestión de alimentos o bebidas y termina con la liberación de heces. La digestión de los carbohidratos comienza en la boca, aunque la digestión es mínima, mientras que la digestión de proteínas y lípidos comienza en el estómago. La mayor parte de la digestión de carbohidratos, proteínas y grasas tiene lugar en la porción inicial del intestino delgado.
El tiempo de digestión de los alimentos varía según el volumen total y las características del alimento consumido, pudiendo durar hasta 12 horas por cada comida, por ejemplo.
1. Digestión en la cavidad orofaríngea
En la boca, los dientes muelen y trituran la comida ingerida en partículas más pequeñas y la torta de comida formada se humedece con la saliva. Además, hay liberación de una enzima digestiva, amilasa salival o ptialina, que inicia la digestión del almidón que forma los carbohidratos. La digestión del almidón en la boca por la acción de la amilasa es mínima y su actividad se inhibe en el estómago debido a la presencia de sustancias ácidas.
El bolo pasa por la faringe, bajo control voluntario, y el esófago, bajo control involuntario, llegando al estómago, donde se mezcla con las secreciones gástricas.
2. Digestión en el estómago
En el estómago, las secreciones producidas son ricas en ácido clorhídrico y enzimas y se mezclan con los alimentos. En presencia de alimentos en el estómago, la pepsina, que es una de las enzimas presentes en el estómago, se secreta en su forma inactiva (pepsinógeno) y se convierte en pepsina por la acción del ácido clorhídrico. Esta enzima juega un papel fundamental en el proceso de digestión de las proteínas, cambiando su forma y tamaño. Además de la producción de pepsina, también existe la producción, en menor medida, de lipasa, que es una enzima responsable de la degradación inicial de los lípidos.
Las secreciones gástricas también son importantes para aumentar la disponibilidad intestinal y la absorción de vitamina B12, calcio, hierro y zinc.
Después de procesar la comida por el estómago, el bolo se libera en pequeñas cantidades al intestino delgado de acuerdo con las contracciones del estómago. En el caso de las comidas líquidas, el vaciamiento gástrico dura alrededor de 1 a 2 horas, mientras que para las comidas sólidas dura alrededor de 2 a 3 horas y varía según el volumen total y las características del alimento ingerido.
3. Digestión en el intestino delgado
El intestino delgado es el principal órgano de digestión y absorción de alimentos y nutrientes y se divide en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon. En la parte inicial del intestino delgado, la digestión y absorción de la mayoría de los alimentos ingeridos ocurre debido a la estimulación de la producción de enzimas por parte del intestino delgado, páncreas y vesícula biliar.
La bilis es secretada por el hígado y la vesícula biliar y facilita la digestión y absorción de lípidos, colesterol y vitaminas liposolubles. El páncreas es responsable de secretar enzimas que pueden digerir todos los nutrientes principales. Las enzimas producidas por el intestino delgado reducen los carbohidratos de menor peso molecular y los péptidos de mediano y gran tamaño, además de los triglicéridos que se degradan en ácidos grasos libres y monogliceroles.
La mayor parte del proceso digestivo se completa en el duodeno y la parte superior del yeyuno, y la absorción de la mayoría de los nutrientes es casi completa cuando el material alcanza la mitad del yeyuno. La entrada de alimentos parcialmente digeridos estimula la liberación de diversas hormonas y, en consecuencia, de enzimas y fluidos que interfieren con la motilidad y saciedad gastrointestinal.
En todo el intestino delgado casi todos los macronutrientes, vitaminas, minerales, oligoelementos y líquidos se absorben antes de llegar al colon. El colon y el recto absorben la mayor parte del líquido restante del intestino delgado. El colon absorbe electrolitos y una pequeña cantidad de nutrientes restantes.
Las fibras restantes, los almidones resistentes, el azúcar y los aminoácidos son fermentados por el borde en cepillo del colon, dando como resultado ácidos grasos de cadena corta y gas. Los ácidos grasos de cadena corta ayudan a mantener la función normal de la mucosa, liberan una pequeña cantidad de energía de algunos de los carbohidratos y aminoácidos residuales y facilitan la absorción de sal y agua.
El contenido intestinal tarda de 3 a 8 horas en llegar a la válvula ileocecal, lo que sirve para limitar la cantidad de material intestinal que pasa del intestino delgado al colon e impide su retorno.
¿Qué puede interferir con la digestión?
Son varios los factores que pueden impedir que la digestión se realice correctamente, lo que tiene como consecuencia consecuencias para la salud de la persona. Algunos de los factores que pueden afectar la digestión son:
- Cantidad y composición de los alimentos ingeridos.Esto se debe a que dependiendo de la característica del alimento, el proceso de digestión puede ser más rápido o más lento, lo que puede influir en la sensación de saciedad, por ejemplo.
- Factores psicologicos, como la apariencia, el olor y el sabor de la comida. Esto se debe a que estas sensaciones aumentan la producción de saliva y secreciones en el estómago, además de favorecer la actividad muscular de los SGI, provocando que los alimentos se digieran y absorban mal. En el caso de las emociones negativas, como el miedo y la tristeza, por ejemplo, ocurre lo contrario: hay una disminución en la liberación de secreciones gástricas así como una reducción en las deposiciones peristálticas;
- Microbiota digestiva, que pueden sufrir interferencias por el uso de medicamentos como antibióticos, induciendo resistencias bacterianas, o ante situaciones que conducen a una disminución de la producción de ácido clorhídrico por parte del estómago, lo que puede resultar en gastritis.
- Procesamiento de alimentos, ya que la forma en que se consumen los alimentos puede interferir con la velocidad de la digestión. Los alimentos cocidos normalmente se digieren más rápidamente que los que se comen crudos, por ejemplo.
Si notas algún síntoma relacionado con el sistema gastrointestinal, como exceso de gases, acidez, distensión abdominal, estreñimiento o diarrea, por ejemplo, es importante acudir al gastroenterólogo para que te hagan pruebas para identificar la causa de los síntomas e iniciar el mejor tratamiento. .