¿Qué es la dispraxia y cómo tratarla?

Contenido
- Síntomas principales
- Posibles Causas
- Cómo confirmar el diagnóstico
- Como se hace el tratamiento
- Ejercicios para hacer en casa y en la escuela
La dispraxia es una afección en la que el cerebro tiene dificultades para planificar y coordinar los movimientos corporales, lo que hace que el niño sea incapaz de mantener el equilibrio, la postura y, en ocasiones, incluso dificultad para hablar. De esta forma, a estos niños se les suele considerar “niños torpes”, ya que suelen romper objetos, tropezar y caer sin motivo aparente.
Según el tipo de movimientos afectados, la dispraxia se puede dividir en varios tipos, tales como:
- Dispraxia motora: se caracteriza por dificultades en la coordinación de los músculos, interfiriendo en actividades como vestirse, comer o caminar. En algunos casos también se asocia con lentitud para realizar movimientos sencillos;
- Dispraxia del habla: dificultad para desarrollar el idioma, pronunciar palabras de forma incorrecta o imperceptible;
- Dispraxia postural: se necesita la dificultad para mantener una postura correcta, ya sea de pie, sentado o caminando, por ejemplo.
Además de afectar a los niños, la dispraxia también puede aparecer en personas que han sufrido un ictus o tienen una lesión en la cabeza.

Síntomas principales
Los síntomas de la dispraxia varían de persona a persona, según el tipo de movimientos afectados y la gravedad de la afección, pero en la mayoría de los casos surgen dificultades en la realización de tareas como:
- Caminar;
- Saltar;
- Correr;
- Mantener el equilibrio;
- Dibujar o colorear;
- Escribir;
- Peinada;
- Come con cubiertos;
- Lavar los dientes;
- Habla claro.
En los niños, la dispraxia se suele diagnosticar solo entre los 3 y los 5 años, y hasta esa edad se puede ver al niño como torpe o perezoso, ya que lleva mucho tiempo dominar los movimientos que ya hacen otros niños.
Posibles Causas
En el caso de los niños, la dispraxia casi siempre es causada por un cambio genético que hace que las células nerviosas tarden más en desarrollarse. Sin embargo, la dispraxia también puede ocurrir debido a un traumatismo o lesión cerebral, como un accidente cerebrovascular o un traumatismo craneal, que es más común en los adultos.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico en niños debe ser realizado por un pediatra observando el comportamiento y evaluando los informes de padres y profesores, ya que no existe una prueba específica. Por ello, se recomienda que los padres anoten cualquier comportamiento extraño que observen en su hijo, así como que hablen con los profesores.
En los adultos, este diagnóstico es fácil de realizar, ya que surge tras un trauma cerebral y se puede comparar con lo que la persona era capaz de hacer anteriormente, lo que también acaba siendo identificado por la propia persona.

Como se hace el tratamiento
El tratamiento de la dispraxia se realiza a través de terapia ocupacional, fisioterapia y logopedia, ya que son técnicas que ayudan a mejorar tanto los aspectos físicos del niño como la fuerza muscular, el equilibrio y también los aspectos psicológicos, aportando mayor autonomía y seguridad. De esta forma, es posible tener un mejor desempeño en las actividades diarias, las relaciones sociales y la capacidad de afrontar las limitaciones que impone la dispraxia.
Por lo tanto, se debe realizar un plan de intervención individualizado, de acuerdo con las necesidades de cada persona. En el caso de los niños, también es importante involucrar a los docentes en el tratamiento y orientación de los profesionales de la salud, para que sepan lidiar con las conductas y ayudar a superar los obstáculos de manera permanente.
Ejercicios para hacer en casa y en la escuela
Algunos ejercicios que pueden ayudar al desarrollo del niño y seguir entrenando las técnicas que se realizan con los profesionales de la salud, son:
- Hacer rompecabezas: además de estimular el razonamiento, ayudan al niño a tener una mejor percepción visual y espacial;
- Anime a su hijo a escribir en el teclado de la computadora: es más fácil que escribir a mano, pero también requiere coordinación;
- Aprieta una pelota antiestrés: permite estimular y aumentar la fuerza muscular del niño;
- Disparar una pelota: estimula la coordinación y la noción de espacio del niño.
En el colegio, es importante que los profesores presten atención para incentivar la presentación de trabajos orales en lugar de escritos, no pedir trabajo excesivo y evitar señalar todos los errores cometidos por el niño en el trabajo, trabajando uno a uno.